( Publicado en Revista Creces, Julio 1989 )
La política, el "arte de lo posible", no debe desdeñar aquellas conclusiones de la ciencia que readecuen su base epistemológica de acción. Si la realidad de la política es la organización de las sociedades humanas, su acción tiene que fundarse en lo que la ciencia pueda decirle acerca del hombre en términos reales.