( Publicado en Revista Creces, Marzo 2001 )
Como alternativa a un satélite de comunicación se ha pensado colocar en el espacio globos aerostáticos o incluso un avión, que puedan desempeñar iguales funciones, pero a mucho menor altura. Un satélite convencional no puede estar a una altura menor de 30.000 kilómetros, ya que si estuviera más bajo, la fuerza gravitacional de la Tierra lo atraería y se destruiría al entrar a la atmósfera. Los expertos piensan que sería útil para las comunicaciones telefónicas y de televisión poder disponer de aparatos satelitales a 20 mil metros de altura y que permanecieran allí en forma relativamente estable. Los japoneses han estado intentando colocar zeppelines inflados con helio a esa altura, pero para alcanzarla éstos tendrían que ser de gran tamaño (Creces, Septiembre 1997, pág. 10).