( Creces, 2016 )
Hasta ahora el vertebrado más longevo era la tortuga de las islas Galápagos, capaz de vivir hasta 250 años. Entre los invertebrados hay casos aún más excepcionales, como la esponja antártica, que vive hasta 1.500 años. Otra es la medusa Turritopsis nutrícola, a la que creen es inmortal, ya que al alcanzar su madurez vuelve a repetir su ciclo, revirtiéndose a pólipo, comenzando otra vez su desarrollo.