( Publicado en Revista Creces, Octubre 1987 )
Pasados 90 años persiste aun el enigma entre los científicos sobre lo que ocurrió en Tunguska, Siberia, donde se conserva hasta hoy la enorme área arrasada por un incendio y explosión que no dejo árboles en pie. El fuego no fue provocado por el hombre, vino del exterior.