( Publicado en Revista Creces, Octubre 2004 )
Tratando de entender lo que sucedió en el comienzo de la historia del Universo, y su posterior evolución, el hombre ha estado fabricando enormes y complejos laboratorios, que le permitan detectar hasta las más elementales partículas subatómicas, que forman la base de la estructura de la materia, y al mismo tiempo conocer sus fuerzas y leyes que las rigen. En su irresistible curiosidad, el ser humano trata de alcanzar información directa, no sólo en nuestro planeta, sino también de otros mundos. Más allá de los telescopios espaciales, envía naves dotadas de complejos instrumentos a lejanos planetas para averiguar sus misterios.