( Publicado en Revista Creces, Abril 2000 )
El siglo que termina se ha caracterizado por la abrumadora génesis de nuevos conocimientos que, al aplicarse, han cambiado radicalmente las condiciones de vida en la Tierra, provocando de paso, trascendentales transformaciones sociales. Lo interesante es que todo ha sucedido silenciosamente, sin que los sociólogos, los políticos o los ideólogos se hayan dado cuenta o hayan intervenido. Por el contrario, cuando lo han hecho por lo general han retardado el cambio, con graves consecuencias para la sociedad.