( Publicado en Revista Creces, Noviembre 1997 )
En el año 1856, se encontró un extraño esqueleto que pasó a denominarse el hombre de Neanderthal. Se le llamó así ya que el hallazgo se realizó en Neander Tal (Valle de Neander) en Alemania. Los restos mostraban rasgos óseos rudos, huesos pesados y fuerte masa muscular.
Inmediatamente se pensó que correspondía al antecesor del moderno hombre europeo. Sin embargo no todos estuvieron de acuerdo. Ahora parece confirmarse que estos últimos tenían la razón.