( Publicado en Revista Creces, Marzo 1997 )
Hace doscientos años Edward Jenner, basándose en una observación empírica, utilizó por primera vez en la historia una vacuna para prevenir la viruela en los niños. Para ello extrajo el líquido obtenido de pústulas de la viruela de las vacas, dado que había observado que ellas desarrollaban una enfermedad mucho más benigna que la viruela humana, y éste lo inyectó a niños logrando producir una enfermedad muy benigna, lo que prevenía la viruela tan temida. Desde entonces hasta ahora, mucha agua ha corrido bajo los puentes y ya son muchas las vacunas que se utilizan para diversas enfermedades. Las tecnologías han progresado mucho, pero el principio es el mismo.