( Creces, 2012 )
La sal forma parte imprescindible de la dieta, por la importancia de sus funciones de regulación de los líquidos corporales, como por su rol en los procesos de trasmisión nerviosa. Por su propiedad de realzar ciertos sabores, induce una gran apetencia, de la que se hace difícil desprenderse. Pero durante los últimos cuarenta años, los médicos parecen haberle declarado la guerra, arguyendo efectos deletéreos sobre la presión arterial. En algunos lugares, su campaña parece haber tenido impacto, tanto en políticos como en salubristas, logrando que se tomen medidas drásticas contra su consumo excesivo. Otras voces piden que se termine con esta guerra, que según ellos no tiene razón de ser. ¿Quién tiene la razón?.