( Publicado en Revista Creces, Diciembre 2003 )
La simple práctica de esterilizar las agujas o descartarlas después de ser usadas, puede proteger de enfermedades infecciosas a millones de personas en el mundo. La Organización Mundial de la Salud ha revelado que en el año 2000, el 40% de las inyecciones fueron hechas con agujas no esterilizadas. Ello ha sido causa de la transmisión de numerosas enfermedades infecciosas, como hepatitis B, hepatitis C, SIDA, malaria, septicemias y fiebre hemorrágica viral.