( Publicado en Revista Creces, Junio 2003 )
Más de una vez hemos experimentado una picazón de la piel que nos obliga a rascarnos. Es una sensación diferente al dolor, la presión o la temperatura. A pesar de ser algo tan común, los médicos no saben como tratarla, ni tampoco los investigadores tienen una idea clara acerca de sus bases neurológicas. Unos piensan que corresponde a un dolor subcutáneo, mientras que otros creen que es una reacción sensorial distinta. Esta última posibilidad se ha visto reforzada por el reciente descubrimiento de terminaciones nerviosas en la piel que sólo responden a la picazón.