( Publicado en Revista Creces, Marzo 2003 )
La conclusión del protocolo de Tokio que aseguraba que el plantar nuevos árboles podría contrarrestar el incremento del CO2 atmosférico, parece ser falsa. Allí se afirmó que en la próxima década los países podían contribuir a disminuir el efecto invernadero plantando bosques. Ello porque se ratificaba que los nuevos árboles incrementarían la absorción de CO2 atmosférico, disminuyendo así el efecto invernadero. Pero según estudios recientes, mientras crecen estos nuevos bosques (durante los primeros diez años), liberarían más carbón que el que absorben.