( Publicado en Revista Creces, Abril 1997 )
Para mantenernos vivos, cada día, nuestros pulmones tienen que intercambiar una enorme cantidad de gases. Esto los hace especialmente vulnerables a las sustancias contaminantes que contiene el aire, las cuales son responsables del incremento notable que se ha estado observando en los cuadros de asmas y enfermedades respiratorias durante los últimos años.