( Publicado en Revista Creces, Abril 2002 )
Una sobrerreacción de nuestro sistema inmunológico frente a agentes químicos y partículas aparentemente benignas es la culpable del romadizo, de la irritación de los ojos, de los estornudos de la fiebre de heno, hasta de los potenciales ataques fatales de asma y las alergias de los alimentos, afecciones que sufren millones de personas ¿Cómo se entienden estas anómalas reacciones de nuestros mecanismos de defensa? ¿Es posible prevenir que se desarrollen estas alergias?.