( Publicado en Revista Creces, Octubre 2001 )
El 11 de septiembre del año 2001 quedará marcado para siempre, y con letras de molde, en la historia de la humanidad. Ello no sólo por lo cruel, inhumano y devastador del acto terrorista, que el mundo entero presenció, sino también porque marca un hito en la historia de la violencia humana. El siglo XX ya se fue, llevándose consigo un récord de guerras y violencia, que llegó a acumular más de 82 millones de muertos
(La violencia del siglo XX). Ahora, a estos conflictos convencionales, se agrega la violencia interna de los países. Se trata de una nueva modalidad que va rápidamente en aumento, y que nada indica que vaya a detenerse. Es en este sentido que la destrucción de las torres gemelas marca un hito que supera todo lo conocido, y que plantea serias interrogantes para el futuro.