( Creces, 2014 )
Han transcurrido 40 años desde cuando fue posible modificar genéticamente los alimentos. Pero aún persiste el rechazo de los naturalistas, a pesar de los enormes beneficios logrados, tanto en el incremento de las cosechas como en los menores costos. Todo ello sin riesgos para la salud de los seres humanos ni de los animales. El hecho preocupa, ya que Naciones Unidas estima que de mantenerse el actual ritmo de crecimiento poblacional, para el año 2050 se necesitará incrementar su producción por sobre un 70%, lo que se ve difícil de lograr. Más aún, si en la actualidad persisten más de 1000 millones de seres humanos, especialmente niños, que padecen de hambre y desnutrición.