( Publicado en Revista Creces, Mayo 2001 )
Es bien conocida la facilidad con que las bacterias adquieren resistencia a los antibióticos. Cada vez que se descubre un nuevo antibiótico y se difunde su uso, rápidamente aparecen cepas resistentes y transfieren esta resistencia a otras mediante los plasmidos (trozos de DNA de bacterias que portan la resistencia a los antibióticos). Hasta ahora son numerosos los nuevos antibióticos que se han descubierto, lo que por un tiempo hacía pensar que podía ganarse la guerra contra las bacterias. Pero las posibilidades parecen agotarse, ya que cada vez se hace más difícil descubrir nuevos antibióticos.