( Publicado en Revista Creces, Mayo 1997 )
No le gustan mucho a los niños, porque tienen un sabor un tanto amargo y algo sulfuroso, pero son buenos para Ia salud. Desde el punto de vista nutritivo, sus hojas son ricas en minerales, fibra, proteínas, caroteno y vitamina C. Pero Io que es nuevo, es que estas plantas y otras semejantes, contienen una serie de compuestos no nutritivos, que protegen contra diversos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer del pecho, pulmones y el colon.