( Publicado en Revista Creces, Enero 2000 )
Alcanzar el desarrollo no es una meta en sí. Sin embargo, sin desarrollo no es posible derrotar la pobreza, ni tampoco mejorar la calidad de vida, y menos lograr una mejor distribución de la riqueza. Basándome en esta premisa es que hace 30 años escribí un libro llamado "Jaque al Subdesarrollo". En él afirmaba que para alcanzar el desarrollo, era necesario vencer cuatro grandes obstáculos que tenían que enfrentarse simultáneamente: 1) Recuperación del recurso humano, dañado por generaciones de pobreza, marginalidad y desnutrición. 2) Modernización de la educación en todos los niveles. 3) Construcción de una infraestructura científico-tecnológica adecuada para competir con la globalización económica mundial, que ya se podía predecir. 4) Cambiar la estrategia económica estatizante y sobreprotegida por una de estimulo al desarrollo de la libre empresa, con libre mercado y abierta hacia el mundo.