( Publicado en Revista Creces, Noviembre 1997 )
Ya en el año 1897 aparecieron en las calles de Londres los primeros automóviles eléctricos, en competencia con los carruajes de alquiler, tirados por caballos. Los vehículos eran muy semejantes a estos últimos, con ruedas de madera y una llanta de goma. Tenían un motor de tres caballos de fuerza movido por una batería. Según dice el reportaje, con una carga podían recorrer 50 kilómetros a una velocidad de 15 kilómetros por hora para recargar las baterías, existía una estación de servicio en la calle Juxon.