( Publicado en Revista Creces, Julio 2003 )
El entusiasmo generado por la especificidad del RNA de interferencia (RNAi), que parecía ser la tan esperada bala mágica capaz de inhibir específicamente un determinado gene, parece ahora enfriarse. Todos estimaban que el descubrimiento de esta propiedad del RNAi habría enormes expectativas para su uso en el tratamiento de diferentes enfermedades. Pero ahora dos trabajos recientes, con conclusiones contrapuestas, siembran dudas sobre la capacidad específica del RNAi de inhibir un determinado gene sin dañar a otros.El entusiasmo generado por la especificidad del RNA de interferencia (RNAi), que parecía ser la tan esperada bala mágica capaz de inhibir específicamente un determinado gene, parece ahora enfriarse. Todos estimaban que el descubrimiento de esta propiedad del RNAi habría enormes expectativas para su uso en el tratamiento de diferentes enfermedades. Pero ahora dos trabajos recientes, con conclusiones contrapuestas, siembran dudas sobre la capacidad específica del RNAi de inhibir un determinado gene sin dañar a otros.