( Publicado en Revista Creces, Diciembre 2003 )
Hasta hace treinta años, comer un pollo era un lujo. Sólo si se vivía en el campo podía tenerse un gallinero con unos pocos pollos para consumir uno de vez en cuando. Hoy las circunstancias han cambiado. Este año los seres humanos consumieron 50 mil millones de pollos broiler, y el consumo sigue incrementándose, proporcionando cada día una proteína magra de excelente calidad.