( Publicado en Revista Creces, Julio 1998 )
El creciente aumento de los trastornos psiquiátricos en el mundo y mayor reconocimiento de la influencia que tienen los aspectos conductuales en salud, tanto en los países desarrollados como en desarrollo, las políticas, planes y programas, en especial de estos últimos, continúan estando orientados básicamente a la sobrevivencia del individuo, sin importar la calidad de vida que tendrán. De esta forma será extremadamente improbable que pueda darse cumplimiento al segundo objetivo de salud que se planteó la O.M.S. en Alma Ata al declarar "que el año 2000, la población debiera tener la oportunidad básica para desarrollar y usar su potencial de salud de tal manera que le permita vivir social y económicamente una vida plena".