( Publicado en Revista Creces, Septiembre 2003 )
Comienza a aceptarse la idea que brotes de enfermedades aparecidas espontáneamente en algunas regiones del planeta serían causadas por nubes de polvo que viajan desde grandes distancias. En Febrero del 2001, una enorme nube de polvo se levantó del Desierto de Sahara y se desplazó hacia el norte, sobre el Océano Atlántico, alcanzando a Inglaterra (ver figura). Unos pocos días después comenzó a aparecer la fiebre aftosa simultáneamente en diferentes regiones de Inglaterra, como si todo el país se hubiera infectado de una sola vez. Se trata de una enfermedad viral que afecta al ganado vacuno, que en esta ocasión causó pérdidas a Inglaterra por miles de millones de dólares. Según Eugene Shinn, geólogo del Geological Survey en St Petersburgo, Florida, la coincidencia sugiere una obvia relación. (Scientific American, Julio 2003, pág. 10).